• Home
  • Blog
  • Cuando tu cuerpo te ataca: Lo que significa vivir con una enfermedad autoinmune 🌿✨

Si alguien me hubiera dicho hace años que un día mi cuerpo se volvería en mi contra, no lo habría creído. Siempre imaginé que la salud era algo que estaba ahí, porque siempre fui una mujer muy fuerte. Pero la vida tenía otro plan para mí.

Para los médicos, una enfermedad autoinmune es un trastorno en el que el sistema inmunológico, en lugar de proteger el cuerpo, lo ataca como si fuera un enemigo. Para mí, es mucho más que una definición médica. Es una batalla interna que nadie ve, un enemigo silencioso que no da tregua.

Un ataque sin previo aviso

No hubo señales sutiles, ni síntomas que avisaran poco a poco. Después de un episodio profundamente desagradable, sentí cómo la ira y el enojo corrían por mis venas. Pero por el lugar en el que me encontraba, no tuve más opción que reprimirlo todo, guardarlo dentro de mí. Lo que no sabía era que, en ese momento, mi sistema emocional colapsaba, y con él, mi sistema inmunológico se desajustaba. El lado izquierdo de mi cuerpo se paralizó. Mis movimientos se volvieron torpes, mi fuerza desapareció y, de un momento a otro, mi vida cambió por completo.

Fui al neurólogo, llena de preguntas y miedo. Pero los estudios no mostraban nada claro. ¿Cómo puede algo tan real, tan incapacitante, no tener una explicación evidente?

Y entonces, como si fuera una ola arrasando la orilla, vinieron los siguientes síntomas: dolor y rigidez en mis articulaciones, apareciendo de dos en dos. Primero la mandíbula, luego los hombros, codos, muñecas… hasta que todo mi cuerpo fue invadido por una inflamación implacable. No podía moverme, no podía sostener una taza de café, no podía vestirme sin sentir que me rompía. Mi cuerpo había decidido atacarse a sí mismo.

¿Cómo explico lo que significa vivir con una enfermedad autoinmune?

💥 Es despertarte y no saber qué versión de tu cuerpo te tocará hoy. Un día te sientes capaz, al siguiente el dolor te inmoviliza. No hay avisos, no hay patrones predecibles, solo la incertidumbre de cada nuevo amanecer.

🔥 Es sentir un fuego interno en las articulaciones, como si ardieran desde adentro. No es solo dolor, es una inflamación que se siente como si cada movimiento desgarrara tu propia piel.

💔 Es ver cómo tu vida cambia sin que tú lo elijas. Las cosas simples, como abrir una botella de agua o escribir en el teclado, se convierten en desafíos monumentales. Lo que antes dabas por hecho, ahora es un lujo.

🔄 Es aprender a adaptarte constantemente. Si un plan incluye caminar mucho, tal vez hoy puedas hacerlo, pero mañana no. Las personas a tu alrededor no siempre entienden por qué cancelas a última hora o por qué algunas tareas cotidianas te agotan tanto.

🧠 No es solo la enfermedad… es la incomprensión Luchar con una enfermedad crónica no es solo enfrentar el dolor físico, es también batallar contra la incomprensión. Porque “te ves bien”, porque “quizás es estrés”, porque “tienes que echarle ganas”. Lo que muchos no ven es la guerra interna que se libra cada día: con el cuerpo, con la mente, con el cansancio y con la frustración. Duelen los comentarios que minimizan, que simplifican, que juzgan. Nunca falta quien diga que esto es solo somático, que hay que poner más de tu parte, que tienes que ser fuerte, que a su vecina le funcionó tal cosa, o que tu caso no es tan grave. Pero lo más difícil para mí ha sido escuchar que tengo esto porque no he perdonado, que debo ser mejor persona para que la enfermedad me deje. Como si el dolor fuera un castigo. Como si sanar dependiera de ser “más buena”. Yo creo en el perdón, creo en el trabajo interior, pero también creo en la compasión real: esa que no juzga ni exige sanaciones milagrosas, esa que acompaña sin culpar. Esta enfermedad no es una lección impuesta: es un proceso, y merezco vivirlo sin culpa.

Transformar el dolor en propósito

Al principio, sentí alivio al poder ponerle un nombre a mis dolencias. Saber qué me pasaba me dio, por un momento, cierta paz. Pero con el tiempo, al no encontrar salida, me sentí derrotada. Quise rendirme. Sin embargo, hoy, estoy profundamente agradecida por estar con vida, y cada día escojo no rendirme. He decidido transformar el dolor en propósito. Durante mucho tiempo viví en negación, resistiéndome a aceptar que esto formaría parte de mi camino. Hasta que un día entendí que tenía dos opciones: rendirme o adaptarme. Y elegí adaptarme, crecer y compartir.

💬 Cuéntame en los comentarios: ¿Cómo definirías tu experiencia con una enfermedad autoinmune? ¿Qué ha sido lo más difícil para ti? Quiero leerte y recordarte que, aunque no elegimos este camino, sí podemos decidir cómo caminarlo.

Sigamos sanando juntos.

✨Maritza✨

Share this post

Subscribe to our newsletter

Keep up with the latest blog posts by staying updated. No spamming: we promise.
By clicking Sign Up you’re confirming that you agree with our Terms and Conditions.

Related posts