Una reflexión real desde el proceso de sanación

Hoy quiero hablarte desde un lugar honesto. No desde la cima del bienestar, sino desde el camino real, ese que muchas veces se ve borroso, incierto y hasta pesado.

Estoy en tratamiento con inmunosupresores (metotrexato y leflunomida), cuidando mi alimentación sin seguir una dieta estricta, practicando técnicas de respiración, meditación y oración. Pero no vivo conectada a una nube de paz constante. También tengo una vida con momentos incómodos y, aunque me afectan menos que antes, siguen ahí.

El estancamiento también es parte del proceso

Hay un lugar en el camino que es quizás el más difícil de todos: el medio. Ya no estás en la oscuridad más profunda, pero tampoco has llegado a ese lugar de plenitud que imaginabas. Es como haber salido de Egipto, haber dejado atrás la esclavitud del dolor, de la postración, de la desesperanza… pero ahora estás en el camino a la tierra prometida, sin haber llegado del todo.

Ya no estoy postrada. Gracias a Dios, a la medicina, a la terapia, a la familia y a mi fuerza interior, me levanto cada día. Pero tampoco tengo la energía para hacer mil cosas. Me esfuerzo por mantenerme en equilibrio, por sostener mis rutinas, por cuidar mi salud emocional. Y muchas veces, eso es todo lo que puedo hacer. Y eso, aunque parezca poco, es muchísimo.

Si tú también te sientes en el medio…

Si tú también estás ahí, en ese punto donde no sabes como continuar, quiero que sepas algo: no estás sola. Este blog es un espacio real para personas reales. No necesitas tenerlo todo resuelto. No necesitas estar llena de energía. Solo necesitas dar el siguiente paso… aunque sea chiquito, aunque sea con dudas.

No celebramos solo las victorias. Aquí también honramos los silencios, las pausas, las caídas. Porque en este camino, la resiliencia no se mide por la velocidad, sino por la capacidad de seguir caminando con el corazón abierto.

A las malas he aprendido a mirarme con más compasión, con más ternura. Estoy descubriendo una nueva etapa de mi vida, y aunque no sé aún que hacer con ella, sí sé algo: no voy a rendirme.

Voy a continuar. No con prisa, no con exigencias, sino con la certeza de que este proceso, con todo su dolor, su pausa y su aprendizaje, es parte de mi propósito en esta tierra. Aunque ahora mismo no logre verlo del todo claro.

Hoy no tengo todas las ideas listas. No tengo el plan perfecto ni el camino trazado. Pero tengo mi historia, mi fe, mi cuerpo que resiste, mi alma que quiere seguir. Y eso me basta para dar el siguiente paso.

Gracias por estar aquí. Gracias por leer. Si también estás en este “medio”, deseo que encuentres descanso, y que sepas que no estás sola. Seguimos juntas. Seguimos.

Share this post

Subscribe to our newsletter

Keep up with the latest blog posts by staying updated. No spamming: we promise.
By clicking Sign Up you’re confirming that you agree with our Terms and Conditions.

Related posts